sábado, 30 de enero de 2016

Resignación y grasa

Cuando Carmen llegó el otro día de Vigo, quise sorprenderla con un cordero al horno.

Sí sí, exactamente igual que el que me hice el otro día, merecía la pierna... HUMOOOOOR.
Entendería que dejaras de leer ahora mismo.

Tras tragarme una hora y media de atasco para recogerla en el aeropuerto, llegamos a casa.

Se me había puesto dolor de cabeza con las puñeteras gafas, sigo viendo las luces azules sobre casi cualquier luz y todo me deslumbra de noche, mi cerebro no anula nada como decía Aída que pasaría.
Dos semanas más le doy a los cristales, estoy cansado de mirar por el retrovisor y ver manifestaciones policiales donde no las hay.

Dejé el horno preparado y me fui al DÍA a comprar pan y lechuga.

Esperando mi turno en la cola de caja, la cajera confundió la cuenta de la chica que iba delante de mí y le sumó mi compra.

¿Error? Sí, pero no de caja, es que pensó que era mi novia.

Es halagador porque ella debía tener 19 años.

A mí se me ocurrió hacer la gracieta de preguntarle a la cajera:
- ¿Es que pegamos? :)
inmediatamente me llevé un codazo cómplice de la señora que iba detrás de mí:
+ Eso lo tendrá que decir ella jijiji, mira mira, ¡está colorada!

La cosa se estaba yendo de madre, varias señoras asomaron la cabeza en la cola con la misma sonrisa cómplice, la cajera carcajeaba hacia dentro y la pobre chica estaba alcanzando una rojez de gazpacho.

- Perdona eh, era sólo una broma.

Arreglao.

Uno de los placeres de pasar de niño a adulto es comprar el pan y poder comerte el currusco de camino, antes de llegar a casa, sin llevarte una colleja o una mala respuesta de mamá.

La casa olía a cordero, Carmen salivaba.
Fue una cena maravillosa.

Al día siguiente también cenamos a lo loco: entraña con arroz.
El resto del día no lo cuento porque fue poco relevante.

Hoy me he despertado a las 5h de la mañana, estaba soñando que Amancio Ortega vivía en Guzmán el Bueno, a la altura de Fernando el Católico.
Era gay, necesitaba unos camareros y nos pedía a Sebas (mi amigo argentino AKA El Hombre-Tortuga) y a mí que le sirviéramos.

Recuerdo poco más, como que iba con dos osos mayores, que tenía mucho pelo y que Sebas ponía chupitos.
Había un tercer camarero, pero no lo recuerdo ahora.

Como me he despertado sorprendido he decidido contárselo a Carmen, que me ha mandado a la mierda a la velocidad de la luz con una pregunta cargada de razón:

- Vale, ¡¿pero por qué me despiertas?!

No era consciente, claramente, y me la he jugado gratis. Hemos seguido durmiendo.

Ahora sí, nos despertamos pronto pero a una hora decente.
Es que Carmen se va al gimnasio a bailar Zumba, luego a tomar cañas con compis de la universidad, después a comer a La Malinche con otros compis de la universidad y tras eso va a al dentista.

Se ha ido y ha dejado la casa patas arriba.

No sólo no la veo hoy hasta tarde sino que me toca recoger, ordenar y organizar... muy bien, no me ha sentado bien pero, hagámoslo, necesito ganar puntos para el domingo de la Super Bowl, y el domingo de la Super Bowl es mañana.

Peeero aaaaantes, ¡vamos a montar en bici!
Que Carmen haga ejercicio me anima a hacerlo a mí, y que haga buen tiempo más.

Llevo un par de días haciendo fondos y plankings, pero esto es lo que realmente me apetece: pedales.

Os cuento.

No vayáis un sábado por Madrid Río en bicicleta, nunca, a menos que sea muy muy pronto.

Perros sin correa fuera de su horario, niños sueltos tras 4 ó 5 años sin ver la luz del día y hasta arriba de speed, abuelos encadenados a lo ancho de cinco en cinco arrasando lo que encuentran en línea recta, caminantes que deciden usar las normas de carreteras interprovinciales y lo hacen en dirección contraria, corredores con las mismas normas que paran en seco, ciclistas que circulan hasta cuatro en paralelo, indecisos que deciden tirar por el centro y Dios dirá, adelantamientos sobre adelantamientos que llegan hasta el lado contrario de la senda... un horror.

Una senda ciclable con prioridad peatonal, donde cabemos todos con respeto y con orden, que de nada vale porque cada persona que la usa piensa 'esto es de todos, pero lo uso como me sale de la polla'.

Mira tú por dónde ni un patinador ha dado por culo hoy, ole.

Cuando me he encontrado de frente con cuatro personas y un perro (con correa), por mi lado, tras una hora de trayecto, despacito porque era imposible ir a mayor velocidad y les he dicho que iban por el lado contrario, he obtenido un grito a traición, por la espalda, a toro pasado:
- ¡Pues ve más despacio!

Es como el grito de ¡Venezuela! si se habla de Podemos; en España el tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue.

Esa es la excusa.

Cuenta la leyenda que la gente en bicicleta por Madrid Río va a 120km/h y por eso el grito aprendido es ¡Es que vas mu rápido! ¡Esto no es el Tour! para justificar que lleva el perro suelto, o para justificar que no dejan paso ni a una silla de ruedas cuando van en paralelo, o en general para justificar que el fallo está siempre en los ciclistas y no en ellos acampados en la vía asfaltada.

¿Y tú no Ramón?

Sí, yo también meto la pata, no voy a 9km/h que es lo que me limita la senda ciclable, pero porque... ¡Venezuela! ¡Es que vas muy rápido!

No, en serio, es que 9km/h es la velocidad mínima para mantener el equilibrio, calculado con velocímetro, lo juro, y voy a 15km/h de media cuando hay gente.

Me bajo de la bici en los puentes, es absurdo pero lo hago porque lo pone el cartel (hay otra interpretación, pero ante la duda elijo la más restrictiva), me separo un metro y medio o más al adelantar, miro atrás, aviso con el timbre (que es obligatorio en las bicis), freno en los semáforos que cruzan la vía aunque no venga nadie, denuncio si veo algo ilegal o perjudicial para todos y ayudo si veo a alguien con problemas.
La última vez me tocó llamar a la ambulancia y ayudar a un tipo que se había dado El Galletón por culpa del 'esto es de todos, pero lo uso como me sale de la polla'.

Nadie le hizo ni caso y la hostia fue delante de más de 20 ó 30 personas; el único que le ayudó fui yo, pobre, creo que se había partido las costillas.
Voló, voló para no atropellar a un niño cuya madre era realmente responsable al 75% del accidente, pero que salió corriendo dejando a ese señor de más de 50 años tirado en el suelo.

Es una mierda, pero si pretendo exigir, me toca cumplir.

Si un día queréis os venís conmigo, que me lo piloto bastante, pero o vamos el finde muy pronto o entre semana antes de las 18h.

La conclusión que saco de lo que veo constantemente al salir con la bici es la falta de empatía, el egoismo recalcitrante, y que en España todo va a ir bien el día que las ranas críen pelo.

Estoy llegando a esa tranquilidad que buscaba al empezar el blog, pero a borbotones.
Asumir que en Madrid no hay educación y que el español es cateto por norma general tranquiliza y es extrapolable a todos los niveles.

No hay batalla que ganar ni guerra posible.
Simplemente es así, cuanto antes lo asumas más feliz serás.

Bueno, voy a recoger, que hay miga.

Como excepción hoy hay tres fotos.

Son de la entraña con arroz blanco cocido en grasa, el cordero asado con ensalada y una bicicleta de BiciMAD, la empresa que lleva las bicicletas del Ayuntamiento y que está en quiebra por culpa de hijos de puta que se dedican a esto, a sacarlas sin pagar y dejarlas tiradas o romperlas.

Cuando cuelgue esta entrada denuncio la bici por Twitter y que vayan a buscarla.

Esto pasa constantemente también, según @BiciBAD hay más de 1000 bicicletas del servicio BiciMAD rotas.

Lo dicho, nada va a cambiar en rasgos generales, nada, así que haced de vuestro pequeño entorno algo bonito, porque no vais a llegar más allá y si depende de los demás esperad tumbados... como esta bici, que parece E.T. en el bosque, malita, blanca y tirada.

miércoles, 27 de enero de 2016

¿A qué huele Gran Hermano?

Cómo está el patio...

Tres monjas secuestradas por otras monjas, una especie de canibalismo místico que deja en evidencia una realidad flipante, y es que a día de hoy se importan monjas porque no hay vocación en España.

Ni me lo invento ni es mi análisis.

Para que los conventos no mueran, ni sus subvenciones, se traen mujeres extranjeras de fe para continuar la obra de Dios, y se las nacionaliza.

Lo de secuestrarlas es un caso extraño y aislado, espero, pero lo que cuento es flipante, se agarran a cualquier clavo siendo estos los que acabaron con la vida del jefe.
Irónico.

Ayer mi amiga Rocío (la que me dejó El Libro del Cementerio del que hablaba ayer) me escribió, no me lo esperaba, ni que leyera este blog de autocontrol ni que le hiciera tanta ilusión mi mención.
Fue un alegrón.
Me dijo que hay un sitio privilegiado en su negro corazón para mí, y creo que todos tenemos esos huecos para gente especial, gente con la que no mantienes mucho contacto pero que pueden llamar al timbre de tu casa y entrar en pantuflas, porque se ganaron ese derecho hace tiempo.

El domingo mientras Carmen y yo esperábamos un taxi, para aprovechar mi último cupón gratuito de MyTaxi (recordad que mi código es RamonR4 si queréis usar la app y pagar a través de ella por primera vez, que os regalan 20€), vi en el suelo una bolsa vacía de farlopa o speed.
Carmen se sorprendió de que la viera y de que la reconociera, para ella era un trozo de plástico cualquiera; a veces se olvida de los diez años que he trabajado la noche.

Le enseñé vocabulario relacionado con el tema y ahora ya puede negociar una venta con la mara Salvatrucha.

Por fin he hablado con Jorge del Madrid Comedy Club, oficialmente estoy fuera de los circuitos de comedia a todos los niveles.
Es un alivio abandonar el mundillo, aunque ahora mismo suponga tener cero ingresos económicos.

Ya toparé con algo mientras, que nunca me ha faltado, porque si depende de los portales de empleo voy de culo, vaya ofertas que encuentro en el correo a diario... lamentable.
Igual lo lamentable es mi preparación.

Llaman a la puerta, paquete para Carmen, eran nuestras máscaras de buceo nuevas por Reyes.
Ofertón al 70% de descuento.

Como repartí parte del roscón con Gerardo, Analía y Olga, a Carmen se le quedó escaso.
No ha dicho nada pero lo sé, así que me puse a hacer otro.

Esperando uno de los leudados me fui a por tabaco (no me acuerdo de la última vez que compré, es buena señal) y he acabado comprando cordero. Estaba bien de precio.

Así soy yo, que no sólo voy a por tabaco ¡y vuelvo! sino que vuelvo con comida.

Mi casa olía a asador y luego olió a obrador, qué gustito.

En ese proceso de olores y haciendo tiempo entre receta y receta estuve jugando al Broken Age. Cada día me gusta más esa aventura gráfica.
Cuqui es la palabra que lo define.
No estaba Carmen, porque está de viaje de curro, por eso pude aprovechar y jugar, si no me tocaba Gran Hermano VIP.  :_)
Pobre, parece que me obliga por lo que cuento y no es así.

Le pasé a Iván por Whatsapp un par de links de un documental sobre Corea del Norte, los probé para comprobar que eran correctos y me quedé enganchado... tengo que buscar documentales nuevos porque éste le he visto ya cuatro veces.
Lo cerré a los 20'.

Hablé con Carmen muy poquito porque estaba cansado y era muy tarde.
Me propuso ir a Santiago de Compostela la semana que viene, rollo escort, y rechacé la propuesta por organizarme bien con las oposiciones.
Ya iré en la siguiente oportunidad.

La foto es de cómo ha quedado la sarten con la que han pegado a un amigo mío que han confundido con otra persona... dándole en la cabeza.
Flipa.

Como decía al principio de la entrada: cómo está el patio...

¡Qué rico estaba el cordero!
¡Qué rico el roscón!
¡Qué rico dormir en diagonal!

martes, 26 de enero de 2016

Don't blame the player

¡Diez horas!
Eso es lo que se tarda en hacer un roscón de Reyes.
No es verdad, es lo que he tardado yo.

Fui pronto al supermercado, a comprar un par de ingredientes que me faltaban y otros para dedicarle el día a la cocina.
A la cocina con amor, porque no hay otra forma de cocinar.

Me molestó ver en la misma puerta del súper unos siete puestos de gitanos vendiendo fruta, ni por la fruta ni por los gitanos, ni por la puerta de la tienda, sino porque estaban ocupando unas tres plazas de aparcamiento de la calle con los tenderetes ilegales.

A veces olvido la empatía en pos de otra empatía. No sé qué conclusión sacar.

Antes cocinaba más, debo retomarlo porque al final acabaré comprando comida de sobre un día y eso puede arrastrarme al lado oscuro.

No creo, odio la comida precocinada, pero cuanto más lejos el sobre mejor. El chiste malo sobre el PP está en tu cabeza.

Realmente se tarda menos en hacer roscón, pero al mismo tiempo hice un caldo, ordené la compra y cociné unos judiones con almejas, mi especialidad, el plato que puede hacerte sumiso a mi antojo, es el anillo único de mi cocina... y es tremendamente fácil. Esa receta no la comparto X_)

Entre prefermentos y fermentos, leudados, tiempos de espera y gasificaciones, hay siete horas y pico.

¿Y por qué tardaste diez horas Ramón?

Porque llevé a Carmen al dentista (que me la devolvió anestesiada de los dos carrillos y con la nariz dormida ¡la nariz!) y a la vuelta fuimos a recoger las aletas que habíamos encargado en Casco Antiguo.

Como para probármelas pedí unos escarpines y me iban clavados, pregunté por su precio.
Al saco, que están a 20€.

Todos esos trámites de señoritingo me llevaron casi tres horas, y luego un amasado conflictivo, en el que más que amasar un futuro roscón parecía que Flubber y yo luchábamos a muerte.
Tuve un ataquillo de nervios que calmó Carmen rápidamente.
Era puro exceso de celo en el proceso.

Es fin de semana, cruci, casa.

Desde que voté he estado desconectado del mundo política, ya no puedo hacer nada más que envenenarme así que paso de informarme en exceso como antes.
Por lo visto la tienen liada parda y están vergonzosos todos, a niveles de colegio... yo pierdo la esperanza en la humanidad más allá de mi entorno.

El tarado de Jose, el gallego, me pidió un link para descargar el primer capítulo de Juego de Tronos.
Digo el tarado porque desde ese día ha visto casi una temporada por día.
¡Se ha visto cinco temporadas en seis días!

Ahora tengo que ver la quinta a toda pastilla, porque entre el Parra y él al final me van a hacer un spoiler y eso me jode muchísimo.
Me jode que me destripen los anuncios así que imagina una serie.

El otro día fuimos Carmen y yo a cambiar un vale de la Fnac (otro regalo de Reyes fallido) y acabamos comprando dos libros en lugar de una agenda, que es a lo que íbamos.
Uno era sobre un detective con Asperger, del que no recuerdo el título, y el otro El Libro del cementerio de Neil Gaiman, un libro muy entretenido, un cuentito que me dejó en su momento mi amiga Rocío Torres y que ahora he querido regalarle a Carmen.

Acierto total.

Ya he solucionado lo del regalo de Navidades de mi sobri, un pijama de jirafa de su tamaño que nunca le llegó y del que por fin me han devuelto el dinero.

El nuevo ya está en camino.
Creo que va a flipar.

Mientras escribo estoy viendo en las noticias que acaban de hacer una macrorredada en la sede valenciana del PP. Qué raro.

El domingo por fin pudimos recoger el canapé que el gallego había comprado por Wallapop, desmontarlo en Pinto y llevarlo a Vicálvaro. Dos horas incluidos los trayectos.

De Vicálvaro a Gerard, donde habíamos quedado para ver a Charly, tardamos una hora y media.

El atasco del infierno.

Una vez allí lo pasamos bien y de sorpresa tuvimos a Julio con su hijo Hugo, un rubiales muy salao al que le hemos buscado novia ya.

Me flipa que cada vez que veo a Julio vestido de calle lleva una ropa preciosa y cara, que compra a precios de coña y le queda como un guante.

Todos los días, cada dos horas o menos, visualizo el tamaño del temario de las oposiciones y se me pone cara de mucha pena. Pura preocupación, cero tristeza.

Estoy tramitando poder ver la Super Bowl de este año en un bar, a puerta cerrada, o al menos cómodos, que luego hay que volver a casa a las tantas.
No queremos verlo en una casa.

Panthers vs Broncos. Partidazo.

Espero no perdérmelo este año, que el pasado me lo perdí y fue buenísimo por lo visto.
Hace años que no me pierdo ese evento deportivo.

Y aunque ya he hablado del domingo me salto la cronología y hablo del sábado ahora.

El sábado acompañé a Carmen en sus delitos de hedonismo.

Cuando volvió de zumba (se ha apuntado a un gimnasio) me comentó que tenía un antojo, así que le dimos rienda suelta y fuimos a que me invitara a gambas en La Mina, de ahí a un paseito, después a Los Minutejos porque Carmen estaba celosa de Pepón, con la tripa llena a casa, a ver telebasura, y una vez en la cama tapada hasta la barbilla asomó una mano de debajo del edredón y se comió un trozo de roscón.

Mucho te tiene que gustar alguien para dejarle comer en la cama algo que pueda dejar migas, y sí, el roscón estaba espectacular.

sábado, 23 de enero de 2016

De paseo

Haciéndole caso a María Álvarez (Maleni o Mary SóloMary en Facebook) y habiéndome informado en la academia Adams, me he apuntado a la convocatoria de Tramitación Procesal además de la de Auxilio Judicial, tienen prácticamente el mismo temario.

Antes de salir de casa me peleo con una bufanda azul hasta dejármela bien puesta, mucho, peleo muuucho, tanto como para salir más de media hora tarde de casa.
Estoy bobo.

Tras descargar la forma 790, imprimirla en un locutorio que huele a curry, que cobra 0'40€ por hoja y pagar las tasas en un Bankia, me fui a la oficina de Registro y sucedió la magia.

De nuevo la funcionaria que me asignan desconoce el procedimiento y me dice que no va a poder enviar mi solicitud.

Amablemente le explico que necesito que haga su trabajo, a lo que ella, amablemente también, descuelga el teléfono, llama a un número y me pasa el auricular con una sonrisa:
- Diles lo que quieres y que te digan cómo hacerlo, apúntalo aquí y yo lo hago.

Tras hablar durante 10-15 minutos con Marta y Paloma, responsables de dos departamentos diferentes telefónicos de la Administración, y buscar en internet con mi tarifa de datos móvil, consigo averiguar lo que la funcionaria no es capaz.

¿Flipante no?

Me estoy apuntando a unas oposiciones de Empleo Público y en el mismo día ya estoy currando para el Estado... gratis.

Sin embargo me deseó suerte con una sonrisa dibujada en el rostro al despedirme de ella. Maja era. Cuarenta y un años currando allí llevaba.

Con una parte de los deberes hechos me fui a cambiar un jersey que había comprado dos días antes, porque me quedaba grande.

Hasta ocho chavales y chavalas de ACNUR, UNICEF y Aldeas Infantiles me abordaron en la calle, en más o menos un kilometro.
Sara, de Aldeas Infantiles, lo consiguió... consiguió que perdiéramos el tiempo los dos.
Yo lo siento, de corazón, pero es lo que hay.

El truco es preguntarles antes de que hablen, por ejemplo:

- Hola ¿tienes un minuto?...
- ¡Oh! ¿De ACNUR? ¡Ya soy socio! (guiño de ojo) Muchas gracias.
- Ah genial, ¡pues muchas gracias a ti!
- ¡Ciao!

¿Cruel? No, efectivo y sin herir sensibilidades de nadie. Bastante trago es que te asalten e invadan tu espacio personal en plena calle.

Suelo donar en cada catástrofe o situación de emergencia, pero no en suscripción. Lo siento.

También me abordó una chica preguntándome si tenía coche propio, respuesta:

- No, propio no, de empresa.

Fin de la conversación. No insisten.
Tomad nota.

Está claro que curro de este nivel hay a patadas. La era del comercial. Yo les entiendo, a ellos y su labor, pero es un auténtico coñazo y están al mismo nivel de los del chaleco que reza 'Compro Oro'.

¿Alguien en la sala sabe si lo de llevar carteles colgando de los hombros es legal?
Lo de los chalecos me consta que sí.

Casi llegando a Brave Soul recuerdo que debo apuntar cosas antes de que se me olviden para contarlas aquí, como por ejemplo que Carmen ha manchado todo el microondas por dentro calentando comida, por no querer manchar la tapa de plástico que protege el microondas por dentro cuando calientas comida, porque la acababa de limpiar.
Adorable.

Cruzando Gran Vía corroboro una vez más la teoría de mi amigo Coco: todas las chicas que conducen un Mini son guapas o muy atractivas.
Aún no he conseguido rebatirle el argumento porque no tengo pruebas, y si un día tuviera una sería la excepción que confirmaría la regla.
Qué tío grande es Coco.

Me llamaron de Casco Antiguo (la tienda especializada en buceo por excelencia) para decirme que las aletas que Carmen y yo encargamos, cuando devolvimos nuestros regalos de Reyes, ya habían llegado, pero que sólo nos las guardaban dos días...
Bordes. Sobraos.

Son altivos y no muy agradables, pero seguiré comprándoles porque no me queda otra.

Por fin llego a la tienda de ropa.

No tienen mi talla de ese jersey en ningún color, me devuelven la pasta y me voy, corriendo, porque casi me venden un plumas naranja precioso.
Venden bien, tienen buen género y es barato.

Próximo destino: La Casa del Libro.

Estoy comparando los precios de los temarios para abaratar costes y me faltaban los precios de esa librería.
Me dan los precios y me pego un buen susto, no por el precio, sino por el tamaño de los libros... igual me he precipitado, tengo dudas sobre si podré enfrentarme a esa barbaridad de páginas y páginas.

¡A casa!, recojo los cómics que me dejó Pepón, echo en la bolsa el de Pyongyang para dejárselo yo a él y también meto en la bolsa el vino de jengibre que le compré en Edimburgo. Habíamos quedado.

Desde la parada de bus en la que me bajo hasta el kiosco donde he quedado con Pepón está el Puente de Toledo.
El Parra en las dos veces que ha pasado cerca conmigo dijo:

- Lo construyó Pedro de Ribera.

Mola que le guste dar ese dato.

Me pareció curioso el contraste entre el churrigueresco de las hornacinas del Puente de Toledo y lo moderno de la Pasarela Arganzuela de fondo. Por eso hice la foto que preside hoy la entrada.

Con Pepón muy bien, ya no por la charla y las risas, sino porque me llevó a Los Minutejos, un local con una especialidad buenísima: los minutejos.

El minutejo es un minisandwich plancha, de chicharrones en loncha fina con salsa picante (opcional) que está buenísimo.
Nos comimos ocho.

A la vuelta pasé por la puerta del bar en el que mataron a Aitor Zabaleta y siempre me viene a la cabeza la imagen de Racionero, un compañero del cole que estaba en el ajo y al que vi esposado por la policía en la tele.

Cogí el bus de vuelta.

En vez de irme a casa a disfrutar de un merecido salto sobre el sofá me fui a Gerardo.
Carmen estaba en una convención de Philips y aproveché para tomarme unas cerves con Gerardo, para ponerme al día y recoger el Agua de Azahar que Olga me había dejado allí.

Quería hacerle un roscón de Reyes a Carmen porque con lo de su madre y las prisas este año no lo había catado.
Ya tenía la receta del roscón de Carmen Pérez Lanzac en el correo y aparte del azahar me faltaban dos detalles para ponerme manos a la obra.

De camino vi en la sala de conciertos La Riviera un anuncio del Ballinclub que decía:

Twerk, Trap y Hookah!

Ahora que he mirado por internet su significado (y quienes recomiendan tan magno evento), siento que ya estoy dentro de esa generación que no entiende a la que viene.
Ley de vida.

Carmen llegó a las 02h de la mañana, de aquella manera y con una hamburguesa del Burger King para mí, no le quise decir que me acababa de comer un cuenco de judías pintas para no herirle los sentimientos y me comí la hamburguesa con las patatas. Tan feliz.

Antes de que ella llegara estaba completamente sopa y lleno, estaba viendo GH VIP para contárselo después a Carmen pero ganaron las judías, me dormí.
Ahora que han echado al Pequeño Nicolás igual lo deja de ver y me libro de seguir el reality.  :_)

Bueno, pues eso fue ayer.

martes, 19 de enero de 2016

Hasta los huevos

Estoy activo, me lo noto, aunque no ahora, ahora estoy sentado en el sofá con la tele puesta mientras escribo.
No, no estoy viendo Telecinco, estoy viendo Me llamo Earl en Neox.
Adoro esa serie, lástima que la suspendieran porque para mí es una serie que por ley haría obligatoria, con contratos vitalicios para sus guionistas y actores.
Entretenimiento básico de por vida.
Aaaaah, se siente ¡haberlo hecho mal!

Hablando de entretenimiento básico ¿no os pasa que veis LQSA y aún sabiendo los diálogos de memoria y sin sonreir ni un poquito lo estáis pasando piruleta?

Bueno, pues eso, desde que alcancé el peligroso nivel de estrés rellenando los papeles de la oposición de Auxilio Judicial me noto animado en general.

He desempolvado mi vapeador y gracias a mi amigo Silver, que me ha regalado un porrón de líquidos, también estoy fumando menos.
Si antes fumaba unos 7-8 cigarros diarios ahora la cosa ha bajado a 4-5 y sigue bajando.

Carmen ahora parece contenta por sus coqueteos con General Electric y Philips, es porque ya ha tomado su decisión.

Eso también anima.

El otro día llevé a un amigo a los juzgados a realizar unos trámites, a Carmen al dentista, terminé unos detalles de un logo por encargo y me preparé para conseguir, por fin, recoger el colchón y el canapé que el gallego se empeña en comprar por Wallapop, para después cenar con él y Paola en su casa... pero la cosa se torció.

A Carmen además de arreglarle un pequeño empaste le quitaron una muela de urgencia y al gallego le volvieron a hacer el lío en esa aplicación del demonio, dejándole tirado.
La cena no se anuló porque para que Carmen rechace un plan de comer tienen que quitarle los incisivos, concretamente todos.

Y aún así lo pongo en duda.

Hago un inciso para comentar que durante las idas y venidas en coche iba conduciendo detrás de un Bentley Continental GT color verde, cuando de repente en dirección contraria (por su carril) se cruzó otro Bentley Continental GT color verde.
Si eres el conductor de un Bentley Continental GT color verde y te cruzas con otro Bentley Continental GT color verde te puede parecer guay, pero si no lo eres sino que eres el testigo de ese suceso es aún más guay y te preguntas por las probabilidades que hay de que eso suceda.

Si he dicho mucho Bentley Continental GT color verde es porque es el único modelo de Bentley que conozco y quiero que quede claro.

Bentley Continental GT color verde.

Lo pasamos bien y todo estaba muy rico.

De aperitivo dos huevos de pato fermentados, los de la foto.

Huele a huevo duro bañado en cabrales, pero el sabor es el de un queso azul en crema.
Recomendamos añadir salsa de soja, y aunque su aspecto sea lamentable de verdad que es un manjar.

Ensalada de medusa y algas, de segundo magret de pato con shiitakes y una cata extra de pato confitado.

Tras la cena hablamos de cine, pero Carmen se bloquea en esas charlas.
No recuerda nombres de actores, ni sagas, ni directores, ni los años en que se estrenaron, nada, esos datos no van con ella. Curioso.

Supongo que en 15 años será un detalle odioso, pero ahora me parece adorable. <3

El fin de semana fuimos a la óptica de Aída a por mis cristales nuevos, pero de nuevo era más de lo mismo, me pareció desesperante.
Al final me he quedado los cristales para no quitármelos en mes y medio, si no me acostumbro a los destellos azules que veo los devuelvo y me quedo la montura nada más.
Aída ha hecho todo lo que estaba en su mano, no se le puede pedir más a la pobre.

Aprovechando que estábamos en El Corte Inglés buscamos un regalo para el cumpleaños de mi madre pero no vimos nada, no porque no lo hubiera, sino porque no tengo ni pajolera idea de qué comprar. No conozco a mi madre en ese punto, me apunto un -20 en buen hijo.

Todo este estrés del primer mundo se me juntó con algo de lo acumulado tras la vuelta de Escocia, que me llevó a mostrarme muy malhumorado y Carmen y yo acabamos discutiendo por un malentendido.
Cachis.

Me quejaba por no tener tiempo libre de calidad y acabé perdiendo la tarde entera también por falta de inteligencia emocional, una vez más la puñetera inteligencia emocional.

Hace unos seis meses que no discutíamos y aunque lo solucionamos relativamente rápido creo que vino bien, lo comparé con pinchar una ampolla para que la cosa no fuera a peor.

Tengo que seguir aprendiendo de Carmen y su pichuttitude.

El domingo fuimos a comer a casa de mi madre por su cumple.
Lo mejor de la comida fue la compañía porque el bacalao con tomate se había caído en unas salinas.
Es broma, comimos bien... pero lo del bacalao lo digo en serio.

Desgraciadamente desde que mi hermana es diputada sólo se habla de política en las reuniones familiares y ya estoy muy aburrido del tema, es muy cansino.
Si a eso le añades que se cojea mucho del lado derecho y que parecen leer sólo una versión de las noticias aburre aún más.

Mis tíos nos regalaron una báscula de cocina muy chula por Reyes.
¡Ya tenemos dos!
La nueva es más bonita.

Al irnos mi sobrino Noel me hizo el clásico no te vayas con koala de pierna incluído, Carmen insistía en hacerle gracietas pero Noel sólo tenía ojitos para mí.

Carmen recibió un pequeño escupitajo en el corazoncito.

Nada que no arregle el próximo día con una partida a la consola o haciendo pizza con él en nuestra casa.

Ya en casa disfrutamos del sofá en el que estoy ahora, y a mi pesar vimos Gran Hermano VIP...
Lo malo es que disfruto mirando el móvil mientras esos frikis hacen su circo.

Momo, el libro que tengo en la mesilla, llora un poco cada noche.

viernes, 15 de enero de 2016

¡Auxilio doctor!

Cuando hice limpieza en Facebook me quedé tremendamente relajado, aunque dejé a mucha gente con la que no tengo ningún contacto e incluso algunos que me caen mal.

Lo políticamente correcto aún tiene hueco en mis redes sociales.

Tengo perdida la noción del tiempo y no sé en qué día vivo, ni el día de la semana ni el del mes.
Esto pasa cuando tienes mucho tiempo o ninguno.

Seguimos arrastrando el culebrón medicinal de la madre de Carmen y lo digo abiertamente: en esta ciudad los médicos no hacen bien su trabajo.
Lo he vivido en mis carnes durante dos años y seis meses, en más de 150 visitas a diversos médicos y sigo viéndolo a mi alrededor constantemente.

En ese tiempo he recibido más radiación que el Increíble Hulk, así que si un día me veis algo verde entre los dientes es por eso.

Pasan, no prestan suficiente atención, no va con ellos.
O llegas con un cuchillo clavado en el pecho y deducen que igual eso te molesta al respirar, o se ahogan en un vaso de agua.

Los enfermeros y enfermeras de esta ciudad son quienes salvan de verdad la Sanidad Pública con su trabajo.
Le ponen mucho más cuidado y son más empáticos que los que pasean estirados y elegantes con el fonendoscopio al cuello.

Excluyo de esta queja a la doctora Villasante, que se dejó el lomo cuando me ingresaron por una lesión en el colon hace medio año.

Retomo.

Hasta Carmen ha salvado la vida de una persona como técnico de aplicaciones de diagnóstico de imagen, vida que una doctora mandaba a su casa porque según ella no tenía nada.

Tan sólo un neumotórax que iba a matarlo en unos días doctora, tan solo eso tenía y Carmen sí lo vio, sin ser su responsabilidad, siendo casualidad que estuviera allí.

Ahora Carmencita, la mamá de Carmen, es una patata caliente que se pasan entre cardiólogos, neurólogos y psiquiátras en el hospital, con gran irresponsabilidad.
Me indigna.

Hablando de Carmen y su curro, mientras estábamos en Escocia recibió una oferta de una empresa muy fuerte, pero al final las condiciones que ofrecen frente a las que solicita Carmen no van a obtener su sí quiero gracias a Elías, compañero y amigo suyo, que sacó la calculadora a tiempo.

Esperando durante una hora (que al final fueron tres) a que me llamara Carmen para recogerla a ella y a su madre (porque nos dijeron que le daban el alta pero luego fue que no), Olga, hermana de Gerardo, me regaló una manguera que nos viene genial para el pequeño patio donde tendemos la ropa.

¿Es relevante? No, pero como llovía me hace gracia.
¿Os han regalado una manguera un día lluvioso? Tiene su cosa.

¿No le ves la gracia?
¿Y si te digo que fui a cambiar las aletas para bucear que mi madre me regaló en Reyes en ese día lluvioso?

Bueno, pues a mí me parece que tiene gracia.
Me dieron un vale por esas aletas y encargué otras que sí me cuadraban más y que ya tenía en la mira, aunque fueran un poco más caras.
Amarillo fosforito, a juego con el ordenador de buceo y el cuchillo, además tienen una forma curiosa y son las que lleva nuestra divemaster.

Lo siguiente serán los escarpines y una máscara nueva.
El jacket, el neopreno y la botella personalizada pueden esperar.
Me enamoré hace un año de una botella que vi pintada como un extintor.
Bucear con un extintor en la espalda es una vacilada.

Nos fuimos a casa, yo estaba muy cansado de estar por ahí y el día estaba feo.

¡Oh! el Parra ha salido del hospital (sí, él también está de hospitales, han operado a su mamá) y quiere charlar.

Quedamos más tarde porque yo necesitaba hacer unas gestiones.

Mi amiga María, AKA Mary SoloMary en Facebook y maleni cuando hablo de ella con Carmen, me propuso estudiar las oposiciones de Auxilio Judicial que acaban de sacar... y lo voy a intentar.

Soy tan consciente de que me pongo tremendamente nervioso con los papeleos oficiales que pedí ayuda a Carmen a la hora de apuntarme.

No puedo describiros lo mucho que me bloqueo y la que lié en el ordenador durante la solicitud, pero me consta que Carmen me quiere con locura.
Yo me hubiera mandado a la mierda.

Es paradójico ponerse nervioso al rellenar documentos oficiales para opositar a un trabajo en el que ayudas a tramitar documentos oficiales.

Para calmarme recogí al Parra en su casa, dejé el coche en la nuestra, fuimos a Gerardo a las 21:30h y nos jarreamos duro hasta casi la 1h.
Allí nos encontramos con Carmelo.

Nos reímos bastante.
Lo necesitábamos los tres.

Al llegar semipiripi a casa y pasar por el Burger King cometimos el feliz error de comprar cena.
No se puede hacer dieta si tu amor es Carmen y vives a 30m de una hamburguesería.

Caímos en la cama como cestos y al madrugar he notado el exceso.

Cuando he ido esta mañana a entregar en una oficina de Registro los papeles que rellené ayer, he visto la caraja mental del funcionario que me ha atendido y me he sentido mejor.
Ayer yo bebí y hoy la resaca la padecía ese señor, no hay otra explicación.

Estoy animado hoy.

La foto la he hecho parado en un semáforo, me parece curiosa, la cultura que nos haría libres murió más o menos en la misma época que murió Wanadoo.

miércoles, 13 de enero de 2016

De reflejos azules y Wallapop

Mi gran fallo es la inteligencia emocional, los sentimientos tienen poder sobre mí y no yo sobre ellos.
A veces consigo dominarlo, pero a veces no es suficiente.

Hoy es de los días que los he controlado de cara a la gente y luego los he llevado al parque a jugar cuando estaba solo.

Queda poco para que la mamá de Carmen se recupere del todo y consiga el alta médica, pero mientras sigo siendo el chófer oficial.
Yo creo que ayuda bastante mi labor, bastante incómoda está Carmen ya.

Aproveché para ir al banco a ingresar dinero y allí estaba mi asesora financiera atendiendo a otros clientes. Hice un esfuerzo para no acercarme a advertirles de que quizás deberían preguntarle a otra persona, que ésta de un sólo consejo en poco más de un mes me había hecho perder bastante dinero a mí, pero me conformé con mirarla mal sin que ella lo supiera.

Era pronto aún, aproveché para irme al IKEA de Alcorcón a pedir unas llaves para el mueble de la televisión del salón. Alguien en Nochebuena o Navidad debió mover la silla con fuerza y me dobló las dos que había, rompiendo una.
Me tragué una cola importante que aproveché para llamar a Julio, Carmen y Aída, lo que determinó mi próximo destino: San Chinarro, a recoger los cristales nuevos de las gafas chulas que compré hace más de un mes.

Por fin llega mi turno y me acerco al mostrador. No me lo hacen montar, supongo que eso le tocó al primero de la cola.

No encontraban el modelo de las llaves y me dieron unas diferentes, que eran clavadas de huella y forma, vamos, que eran perfectas, pero como no eran clavadas porque les faltaba una goma negra ¡me las regalaron! ¿cuántos de vosotros podéis decir que IKEA os ha regalado algo? ¿Eh? A mí me gusta pensar que fue por guapo.

Vamos a la óptica ¡Alto! Primero debo coger las gafas en casa...
Shut up and drive!

De camino a San Chinarro me reafirmo en lo que le decía el otro día a Carmen, hace falta un nuevo cuerpo de Seguridad del Estado, la Policía de Intermitencia.
Aaaaargh qué mala hostia me pone eso, con lo fácil que es darle a la palanquita y lo que les cuesta a muchos conductores.

Aída estaba liada y me di una vuelta de veinte minutos por el Corte Inglés, tenía un vale de 20€ del libro-ensayo que me regalaron en casa de mi madrina por Reyes sobre la Guerra de las Galaxias que devolví.
Hala, ya tengo unos vaqueros grises, los primeros de mi vida y me sientan chupi.

Bajo a la óptica.

En el momento que me puse las gafas con el cristal nuevo me disgusté, veía las mismas luces azules que veía antes y seguía viéndolo todo muy amarillo, como si no me hubieran cambiado nada.
Al decírselo a Aída, con mucho mimo, pareció molestarse... lo deduje por el 'joder Ramón'.

Hizo sus comprobaciones e insistió en que eran cristales nuevos y diferentes, pero de verdad (hasta una foto tengo de la diferencia), no eran iguales a los que llevo ahora mismo que son los que pedí. Un lío.
Me sabe fatal, muchísimo, parezco un cliente cojonero y encima es mi amiga, pero estoy siendo sincero.

¿Solución? Pedir cristales nuevos otra vez a costa de que mi amiga se enfade.
Me sabe fatal pero 450€ bien valen un poco de queja, con toooodo el cariño y respeto del mundo.

Bueno, a pesar de este momento incómodo creo que es positivo, ya estoy más cerca de que el tema gafas salga bien.

¡Coooorre al hospital de nuevo!

Recojo a Carmen, voy a Gerardo, dejo el coche, me subo a la furgoneta de Carmelo sin Carmelo y vamos el gallego y yo a recoger un canapé con colchón que ha apalabrado por Wallapop... de un cuarto piso sin ascensor en Moratalaz.

Nada, no nos abren y a través de la puerta nos dicen que ya lo han apalabrado con otra gente, a pesar de haber quedado con nosotros.

Nos cagamos en su puta madre a través de la puerta y nos vamos.

Carmelo dejó la furgoneta al gallego para esta misión, pero a cambio nos encargó otra: recoger un paquete para su empresa cerca de Corazón de María.

En el último trabajo que hice para Carmelo iba con él.
Era un montaje de sonido para Font Vella en la Ciudad Universitaria y fue un fiasco para Font Vella, no fue ni la quinta parte de la gente que esperaban.
Un macroevento promocional.
Tuvo una parte buena y una mala.
La buena fue que mi amiga Mabe (la punky de los cojones es su mote cariñoso) se pasó a saludarnos, mira que adoro a esa chica, y la mala es que al llegar a casa tras el desmontaje mi Leatherman no estaba en su funda, la había perdido.

Carmelo y su hermano Silver (socios y dueños de la empresa) me juraron y perjuraron que habían mirado por toda la furgoneta y la nave sin éxito.

De esto hace ya medio año.

De camino al recado que teníamos que hacer a cambio de la furgoneta, mientras calculaba la cantidad de kilómetros que llevaba hechos en un día, me dio por mirar en la puerta de la furgo.
Sólo una mirada.
Sólo un movimiento.
Sólo diez segundos.

Allí estaba ella y la foto es la prueba.

Adoro y estrujaría de puro amor a Silver y a Carmelo, por su amistad, por dejarnos la furgoneta, sus detalles, sus risas y su corazón... pero con todo el cariño del mundo, con el mismo que le dije a Aída que veía luces azules y el mundo amarillo, me cagontósuputamadre de lo mal que buscaron.

Bueno, ha sido un gran día, sin parar y con mi Wave de vuelta.

De premio al acostarme, cuando Carmen se quedó frita, estuve jugando al Broken Age, una aventura gráfica muy linda, hasta quedarme dormido.

Bien :)

domingo, 10 de enero de 2016

Se acabaron

Llevamos unos días complicados con la convalecencia de la mami de Carmen. Los días consisten en llevar a Carmen al hospital y recogerla, cuatro veces al día.
Al principio yo no podía estar con ella pero ahora es una cuestión de familia y turnos lo que hace que no esté allí.

Estas cosas siempre son incómodas y desagradables, pero parece que la cosa va mejorando.
No sólo me da penita que Carmencita (la madre) esté pocha, también Carmen que está pasando un estrés velado peligroso.
Como tiene el carácter tan maravilloso que tiene no pierde la sonrisa, salvo alguna lagrimilla que sabe salada, pero no la pierde.

Ni la sonrisa ni el apetito, que estamos intentando volver a una dieta normal y nos está costando.

Resumiendo los días de hospital puedo leer hasta aquí.

Al volver de Edimburgo los Reyes Magos nos dejaron ese infarto de Carmencita de regalo, pero también más cosas, no todo es gris gracias a... gracias a... no todo es gris.

Vamos allá.

El Ayuntamiento me embargó dinero hace dos meses, un dinero que no sabía si me embargarían a mí o a al comprador de una propiedad que mi hermana y yo vendimos, así que para evitar historietas dejamos esa cantidad custodiada en una inmobiliaria.

Como el premiado fui yo ahora me toca recoger el dinero que me habían embargado, así que hoy Carmen se fue por su cuenta al hospital. La inmobiliaria está cerca de la casa de mi madre.

Uno de los papeles que necesitaba lo tenía ella guardado, así que fui a por él.

Allí me esperaba ella, distante frente al cómo reaccionará mi hijo que sé que está cabreado pero con el toque cargado de mimo que siempre tiene a manos llenas.

También estaban mi hermana y mi sobri, así que saludé cortesmente... pero con ese niño no hay manera, te arranca la sonrisa en segundos.
Me da mucha rabia que sea mi sobrino cuando hablo bien de él, porque parece que le miro con ojos de tío, pero es que realmente es verdad, es un niño ejemplar.

Al final me quedé a comer y lo pasamos fenomenal.
En un momento que estábamos haciendo un puzle me miró y tras darme dos millones de besos o más me dijo:
- No puedo quererte más.
Aaaains...

Carmen vino al rato, cuando salió del hospital, y una vez allí aprovecharon para darnos los regalos de Reyes.

Unas aletas para bucear, el diccionario de argot en inglés que me habían regalado Damien y Elías y que me tocaría cambiar, un rodillo rosa de silicona para amasar masas y un libro que desvela los secretos de la saga Star Wars... en serio, cosas como qué representación tiene el feminismo en la saga. Ya lo he devuelto.

No me jodas.

Muy contento por los regalos salvo ese que era de la madrina de mi hermana y política mía según ella.
Buceo, comida y aprendizaje, muy bien.

La Navidad se ha acabado.

¡Y tanto! Al llegar a casa el árbol se había caído y lo constataba de forma metafórica.
La pena es que dos bolas de cerámica que nos habían traído de Miami se hicieron pedazos.
En el suelo yacían los restos y una hoja caduca, un bodegón precioso que representaba a la perfección los días 4, 5, 6 y 7.

Para cerrar la entrada añado que estas fiestas he recibido más regalos que he olvidado mencionar: el reloj de Angelote que me regaló Carmen, el juego de mesa Ciudadela que nos regaló Salva el hermano de Carmen y un par de pichutines (calcetines gordos) que Jose y Paola trajeron en Nochebuena.

jueves, 7 de enero de 2016

Peanuts

Sigo con el retraso en las entradas y me resulta imposible ponerme al día.

Hoy relato el último día en Edimburgo.

Durante mi estancia en Linlithgow me entero de que estamos a escasas 6 millas de la Falkirk Wheel, una estrella de la ingeniería creada en el 2000 que une dos canales con diferentes cotas de altura.

Pido por favor que me lleven a visitarla, porque no hacía ni dos meses que había visto en Discovery Max (o Energy, no lo recuerdo) un pequeño reportaje sobre ella y me había fascinado. Tenerla tan cerca era una oportunidad única.

Los padres de Damien me comentan que de camino también están los Kelpies, dos estatuas gigantes que representan las cabezas de dos caballos mitológicos relacionados con Escocia pero que leyendo Wikipedia parecen tener origen escandinavo.
Es la primera vez que leo algo tan lioso en Wikipedia.

Aprovecho para opinar sobre la Wikipedia sin acritud.

Hay mucha gente que opina sobre la Wikipedia con frases como
1. Buah, fíate tú de la Wikipedia
2. Eso lo escribe la gente
3. Ahí escribe cualquiera

Yo no paro de hablar con amigos y conocidos que dedican muchas horas de su vida a escribir entradas falsas sobre Erasmo de Rotterdam o Brueghel el Viejo en Wikipedia para confundir al pueblo, otros escriben sobre mitología escocesa y lo hacen lioso para confundir a todos los que buscan información sobre estatuas de 30m en Falkirk, que son una gran cantidad de usuarios de internet tremendamente fáciles de engañar y que forman el 70% del total, no como los que comparten la foto del Land Rover en Facebook, que esos sí saben lo que leen.
Válgame.

En respuesta a la segunda afirmación popular diré que las enciclopedias también las escribe la gente, y los periódicos, las novelas, los prospectos de las medicinas, las publicaciones de Cabronazi...

Y sobre la tercera, efectivamente, escribe cualquiera, y es sometido a un examen por los propios usuarios que contrastan la información. En caso de existir diferencias pasan a identificar el artículo como artículo en discusión, para advertir que hay diferentes opiniones y evitar generar falsas informaciones hasta resolver dichas discusiones.
Todo hecho por voluntarios.

En casos como el artículo sobre George W. Bush ha habido más de 45.000 modificaciones.

Wikipedia mola mucho salvo algunas autobiografías (que ahora no encuentro) en las que se nota quién se ha escrito su propia entrada, por las flores que se echa encima, o artículos que no son biografías como éste, pero si estás buscando este último en Wikipedia mereces ser engañado.

Está claro que puede llevar a errores, pero eso pasa siempre que no se contrasta una información, así que creo que Wikipedia ayuda más que despista, aunque tenga fallos.

Carmen y yo pensábamos coger un taxi para ir, unos 40€ ida y vuelta, pero Andrew, el padre y patriarca del clan, se tiró el pisto y nos llevó en coche con una premisa: elegir uno de los dos destinos.

Elegimos la rueda.

¡Pues de camino se ven los Kelpies!
Como para no verlos.
Desde abajo debe ser impresionante, desde el coche pasamos a escasos 100m y se veían de lujo.

En la Falkirk Wheel hacía un frío de colgarte el moco hasta la nuez.
Es impresionante verla de cerca.
Nos reímos porque en la base había unas miniaturas (más altas que yo) de los Kelpies y nos sacamos unas fotos, con lo que nos alegramos de nuevo por haber elegido la rueda.
Tuvimos la suerte de que se puso en marcha, pero como Andrew se iba a morir si pasaba cinco minutos más allí y a nosotros nos era suficiente con visitarla y verla en movimiento un rato nos fuimos.

Justo antes grabé un vídeo de la rueda en movimiento y Andrew me dijo que era mejor si lo buscaba en Google... pero no contaba con la foto de mi nuca que atestiguaba mi presencia allí.

En una hora habíamos hecho el tour.
Nos dejamos el monumento a William Wallace para otro viaje.

Hora de recoger y tirar al aeropuerto.
Nos despedimos, dimos las gracias en todos los idiomas de la casa y nos hicimos la selfie de grupo de rigor.
Vaya anfitriones. Impresionante.

Tengo la sensación de que no se puede agradecer suficiente la experiencia.

En el aeropuerto decidí que iría a pasar los Reyes con mi familia, que no hay nada que me pueda separar de mi sobrino y que tan solo tenía que hacerme el tonto y fingir que todo estaba bien. No es tan difícil, Rajoy lo hace y ahí está.

De nuevo Easyjet sale con retraso, y no sólo con retraso, con retraso pero con todos sentados dentro del avión durante 45'.
Para amenizar la espera nos dicen por megafonía que hay un alérgico a los cacahuetes en el avión, por lo que no sólo no van a vender cacahuetes ni nada que los contenga, sino que no podemos abrir ni consumir nada nuestro que esté relacionado con ellos.

No iba a comprar nada de lo que vendían, porque esos precios son para locos, pero nunca en mi vida he tenido tantas ganas de comer cacahuetes.

Al final acabé poniéndome nervioso encerrado tanto tiempo y pasé a no querer comer cacahuetes, sino a querer tirárselos al piloto para que despegara.

En Madrid las maletas salieron por la cinta de Dublin, lo que me recordó no volver a volar con Easyjet si puedo evitarlo.
Nos recogió el gallego, que vino, y al loro al dato, ¡con un táper lleno de risoto de gambas y setas!

Empieza a ser sospechoso.

En casa abrimos una botella de vino, cenamos el arroz y por fin nos tumbamos en nuestra cama.

Buen fin de viaje, todo redondo, genial.

A las 2h de la mañana avisan a Carmen de que han ingresado a su madre en el hospital.

martes, 5 de enero de 2016

Mundo de color rosa

Hoy toca ir al Palacio de Holyrood en Edimburgo, residencia de la Reina cuando visita Escocia, y es que el otro día lo vimos por fuera pero era de noche: las 17h.

Damien había sacado las entradas el día anterior y es que las cosas de palacio van despacio.

¡HUMOOOOOR! Siento el chiste.

La parte de ir en tren desde Linlithgow a Edimburgo me gusta porque hay wifi.

Hicimos una pequeña cola para entrar y vi el unicornio dorado de la foto.
Se la hice porque los unicornios y las cosas rosas me recuerdan al mundo en el que vive Carmen, en el que no creo nada de nada, pero al que me gusta asomarme de vez en cuando.

En la mitología celta el unicornio escocés significa inocencia, pureza, sanación, alegría, la vida en sí mismo y es símbolo de poder y masculinidad... ¿masculinidad un unicornio?
El unicornio es Carmen.

Entramos en el palacio y nada más entrar hay una fuente espectacular, con una talla de otro planeta, muy minuciosa, ninguna foto le hacía justicia. Preciosa.

Con la audioguía en español porque me quería enterar bien de todo nos hicimos la visita.
Muy peculiar.
Detalles como que hace cinco años Benedicto XVI le regalara un facsímil del Evangeliario de Lorsch ¡del siglo IX! a la Reina de Inglaterra, y esté allí expuesto, me sorprendieron más que los techos ornamentados en escayola al estilo tarta de boda, a pesar de haber sido creados en el siglo XVII, que tendrá su mérito sin duda.

Un clavicémbalo precioso, que me recordó a mi abuela, en la antecámara de los aposentos reales y las 56 puñaladas que se llevó Rizzio en lo alto de una torre también me llamaron la atención.

Estuvimos en la sala en la que otorgaron el título de Sir a Sean Connery, en la que cuelgan, si no recuerdo mal, más de 90 retratos de reyes de Escocia.
El punto no es lo de Mr. Bond, que también, sino que en un asalto al castillo (no recuerdo el siglo, XVI o XVII) los alborotadores dañaron con sus bayonetas los cuadros, como muestra de odio y disconformidad.

Si hubiera sido en España, al final del ataque, hubiera ardido como un ninot el puto castillo de abajo a arriba.
Acuchillar unos cuadritos... ¡flojos!

Salimos a los jardines y vimos lo que para mí fue el pasote padre, la antigua abadía a partir de la que creció todo el palacio.

Por norma general vemos catedrales e iglesias con cierta ausencia de luz (salvando por completo la basílica menor de la Sagrada Familia que menudo trabajo de luz tiene), algo normal por el hecho de estar cerradas, pero como esta abadía está derruida y comida por el verde del musgo a plena luz del día es simplemente preciosa.

De nuevo las fotos no hacen justicia, yo sólo podía ver a Drake y a Lara Croft encaramados a sus salientes, era digna de videojuego.

A comer.

En el Kilderkin, justo al ladito, tomamos la cerveza más amarga que he probado nunca, tamaño pinta claro, mientras me comía un rollo de masa relleno de salchichaca gigante, jalapeños, arroz y cerdo, regado de una salsa de curry picante, acompañado de patatas fritas y una ensalada de cosas muy amargas con una salsa que no adivino.

Muy rico, pero estoy vivo de milagro.

No he encontrado fotos en internet y creo recordar que el plato se llamaba Scottish Hot Diablo.
El resto tomó lo que es tradicional tomar en primero de año: el Hogmanay Steak Pie.

De ahí fuimos a una tienda que no hay en España y se llama TKmaxx, donde buscas por tallas y hay todo tipo de marcas y modelos, pero sólo unidades, vamos, que te puedes pasar horas ¡horas! y me entró un estrés terrible.
Casi consigo unos pantalones grises vaqueros, que no tengo, pero estoy tan tocino y he cogido tanto peso que no me vale nada.

Fuimos a una coctelería en un centro comercial pijo donde curraba Dr. Artis y se nos volvió a ir un poco de las manos.

De ahí a una taberna mejicocesa y a casa, que nos esperaba Giselle con comida domijicana.
El día de las fusiones.

La taberna mejicocesa era muy cuqui, como todos los locales aquí. Es curioso, le dedican bastante dinero a decorar los servicios en todos los locales en los que he estado.

La cena fue rapidita y más cómoda que la anterior.
En la anterior estaba un poco agotado mentalmente por el idioma; estuve dos horas callado bebiendo vino escuchando historias de la familia, graciosas, pero sin poder intervenir y me estaba entrando sueño.
¡Dos horas callado!

Sólo queda una mañana en Edimburgo y me quedan tres cosas por ver, bueno, mil, pero que me apetezcan y den tiempo tres.

Estoy un poco tristón pero lo estoy disimulando como puedo, primero porque no es justo para los demás y segundo porque estoy fuera de España de vacaciones y eso es de gente afortunada.
En ningún caso es muy justo y empiezo a pensar que tengo problemas del primer mundo.

A dormir, y cuando digo dormir me refiero a guerrear con el edredón y Carmen, que se me ha puesto mala y es una caja de mocos.

lunes, 4 de enero de 2016

Extranjeros

Año nuevo y noto la resaquilla, pero poco.
Aquí en Edimburgo (en inglés no se dice édimbœrg, se dice édimboroj) el ibuprofeno es de 200mg en vez de 650mg, por lo que saco dos conclusiones gratuitas: que no les hace falta más porque están acostumbrados a pegarle al alpiste o porque en España hay peor alcohol.

Desayunamos rico de nuevo.

Nos vamos a dar un paseo a los perros con los anfitriones por Beecraigs Park.
Había que ir en coche, en dos, con los perretes, que son dos golden retriever y un labrador con algo de sobrepeso los tres.

Precioso, un verde precioso.

No estaban las vacas lanudas típicas de aquí pero nos habían dejado pistas como ensaimadas para encontrarlas.
Los perros se meten de cabeza en un lago ante nuestro ¡oh no! generalizado, con diferentes acentos, yo calculo unos 4ºC fuera del agua.
No entiendo la razón de que los perros hagan eso pero me recuerda a los que se dan el primer baño del año en La Concha de San Sebastián.
Damien dice que aquí también lo hacen y se llama Looney Dook.

Con mucho respeto para los vascos, aquí tienen más huevos.

Salimos del parque cogimos el coche de vuelta y fuimos al lago cerca de la casa de los Lindsay, a los pies del palacio de Linlithgow, un castillo que fue la última residencia de la Reina Mary, última reina de Escocia.

Precioso también.

Había una legión de patos y cisnes fuera y dentro del agua.
Carmen muy ilusionada por ver patos y cisnes (que por supuesto llamó patitos y cisnecitos) se acercó demasiado para sacar unas fotos.
Una señorita que estaba a nuestro lado también hizo lo mismo que Carmen, pero sin móvil, en su lugar llevaba una bolsa con maiz.

Mala idea.

Un cisne que me llegaba al pecho le arrancó la bolsa de la mano y la tiró al suelo.

El móvil de Carmen y Carmen tuvieron más suerte, pero ante la cantidad de comida vertida se organizó la Cisne Parade y la batalla de los Patos.

Creo que nunca había visto un cisne en vivo y fuera del agua, pero me hinché en un momento.
Nos fuimos.

El resto del día fue de descanso y charla, viendo Big Bang Theory y anuncios escoceses tristes.
Cada dos anuncios había uno de adopta un perro, un negro, un anciano o un enfermo, muy bien hechos, tirando a duritos. Llama la atención.

Carmen propone un spa a la vuelta de Edimburgo, Elías acepta y yo les pregunto si están estresados... pero me uno, total, son 15€.

La placa de la foto estaba en la estación de tren y dice que San Miguel es amable con los desconocidos. Linlithgow.
Pues no sólo San Miguel, los escoceses que me he topado hasta hoy son todo amabilidad también, en cualquier lado, aunque no estén matando dragones.

domingo, 3 de enero de 2016

Uvas y yes

Las ¿noches? aquí en Edimburgo son de cristal y se abren con sacacorchos.
Corren las botellas cosa mala.

En la casa estos días estamos Damien, nuestro subanfitrión, Elías, Carmen, Christopher, hermano de Damien, Giselle, novia del anterior y dominicana como contraste al pelirrojismo predominante, Andrew y Su, los verdaderos anfitriones y padres de Damien, tres perros, un gato y yo.

A la cena de fin de año nos quedábamos sólo el equipo llegado de Madrid y dos amigos de Damien, Artis y Jason.

Artis es de Latvia. Al principio pensé que era una coña porque ese es un país inventado por Marvel para que lo regente el Dr. Doom, pero luego mirando en internet vi que me había confundido con Latveria.

Por cierto Latvia es Letonia, yo no lo sabía.

A partir de ahora será Dr. Artis para mí.

Por la tarde fuimos a la compra.
Vi un bote de grasa de pato y otro de grasa de oca para cocinar.
No los cogí, pero reconozco haberme quedado con las ganas.
Compré vino de jengibre para regalárselo a Pepón, y es que mezclado con whisky y hielo está muy rico, tiene un toque picante.

Aunque estoy a punto de hablar de Nochevieja quiero añadir que el día anterior hicieron una pequeña fiesta en uno de sus megasalones.
Venía la familia de cenar fuera y venían como escoceses (trompeta perdidos), así que se organizó una fiestuqui en la que se bailó desde el Cocinero, cocinero de Antonio Molina hasta el Probe Miguel, que hace mucho tiempo que no sale, todo regado con litros y litros de bebidas fermentadas o destiladas.

¡Qué giro de cadera tiene Andrew a sus sesenta y largos!

Hice un nuevo bestfriend al estilo scottish, el hermano pequeño de Damien, Richard, al que le faltaba cantar el Asturias patria querida... supermajo, pero hay que huír de él si no quieres la Resaca Madre de Reino Unido.

Hay que mencionar que Carmen de resaca mañanera adquiere un tono insolente y desobediente muy gracioso.

Bueno pues eso, que quería aclarar que ya llevábamos otra noche de fiesta encima antes de Nochevieja.

Como he dicho cenábamos en casa y el resto de la familia fuera, se despidieron de nosotros con unos vinos precena y pude ver a Cristopher vestido con el tradicional Kilt (falda escocesa) y demás parafernalia que incluía un cuchillo, y la verdad, no me parece buena idea con las melopeas que enganchan aquí los lugareños.

Pienso en el traje de chulapo y lloro de risa porque hasta llevar falda es más chulo.

Cenamos normalito pero rico, jamón asado con miel y clavo con coliflor de guarnición. Chinpón. Sin postre ni nada.

En Letonia era fin de año a las 22h y en España a las 23h, así que celebramos con cada idioma y cada tradición la entrada de año.
No me acuerdo cómo era feliz año nuevo en letón, pero sí que me tuve que apretar dos chupitos de vodka a palo seco.

Tomamos las uvas con Igartiburu y Ramón yahuele García en la 1.
El escocés y el letón flipaban con la tradición pero se comieron las doce uvas.
Me preguntaron de dónde venía esa costumbre y no supe responder, así que me lo apunto en los tudús.

Los escoceses no se complican, oyen campanas y dicen 'YA ESTÁ' brindan y cantan. Fin.

Si hacemos cuentas podemos despejar X, donde X es la cantidad de copas, sorbos, chupitos, brindis y demás. Sale a ingresar.

Mi madre me llamó por Whatsapp pero se le debió cortar, la respondí por la misma vía que no tenía WiFi suficiente para eso y llamé, que es lo suyo, llamar.

Nos felicitamos el año y me envió felicitaciones del resto, porque según ella le estaban haciendo gestos. Mejor ni comentar el detallito. Ni pasar el teléfono ni un grito de lejos me dedican, a pesar de ceder frente a sus desplantes del otro día siguen en una actitud muy acorde a lo que pienso de ellos. No sé por qué me sorprende.
Creo que no voy a ir a su casa el día de Reyes, no me parece justo meter en ese ambiente a Carmen.

Los Lindsay llegan de cenar fuera al poco rato y sinceramente prefiero pasar la noche con ellos, son increiblemente más amables y están pendientes de cada detalle.

¡Champán para brindar que ha llegado la familia!

Qué alegría de gente, no paran de reír, se les nota mucho la unidad que tienen.
Hablando de eso, Andrew es el jefe y dueño de The Union, una agenciaza de publicidad, ahí es ná.

De repente Damien hace un brindis, nos agradece a todos el estar allí y el apoyo que recibe en Madrid, sobre todo de su chico, Elías, las manos le empiezan a temblar, hace un resumen de su relación, la voz no le llega al cuello, hinca rodilla en el suelo, le coge la mano y ¡petición de matrimonio al canto!

Hubo un quiero por respuesta.

Madre ¡qué liada!, todos boquiabiertos, risas, llantos, buah, creo que yo fui el peor, tuvo que venir Dr. Artis a abrazarme y todo.

Andrew, el padre, grita:
- ¡Yo antes tenía un hijo pero ahora gano... ! ¡otro hijo!

Carcajada general.
Aquí los chistes gays o sobre gays vuelan por parte de todos. Es genial, cero tabú.

Qué bien eso de que te acepten y quieran por quién eres y no por lo que eres.
Mi familia debería aprender de eso.

Me duró la llantina un rato muy largo, supongo que lloraba la alegría de los amigos y la tristeza de mis apellidos.

Lo pasamos fenomenal y nos reímos bastante después, aunque dejó de ser una fiesta para ser una pedida de mano, así que el carácter de la fiesta pasó a un punto más emotivo. Muy bonito todo.

A dormir, que mañana toca no hacer nada.
Es que aquí el día 1 de enero nada abre porque se respeta el derecho de las personas a descansar y pasar el día con las familias, ni siquiera los restaurantes, o al menos eso me dijeron con total orgullo.

En la foto estamos Dr. Artis, Jason, yo, Carmen, Damien y Elías, de izquierda a derecha.

viernes, 1 de enero de 2016

La tierra de Scot

Antes de que se me olvide, tengo que intentar hacer ñoquis de cangrejo.
Es que iba a empezar a escribir la entrada y me he acordado.

- ¿Nos vamos a pasar el fin de año en Escocia? - me pregunta Carmen - es que nos ha invitado Damien a su casa y están los vuelos baratos.

Tras una serie de conversaciones de acoso y derribo por parte de Elías, Damien y Carmen, acepto.
A ver, que es una suerte y no es ningún sufrimiento, que estaba evitando hacer gasto, pero realmente merecía la pena.

Y más ahora que tengo el disgusto familiar atragantado y no me baja, con lo que mira tú por dónde todo es ideal.

El vuelo lo hicimos con Easyjet y no lo recomiendo si quieres volar rápido, sale barato eso sí.
Es un vuelo de tres horas, pero llegamos al aeropuerto AdolfoSuárezBarajasTuPutaMadreQuéNombreMásLargo a las 19:30h y nos plantamos en Linlithgow a las 02h (hora española).

Factura, embarca, taxi-drive del avión, vuela, estate quieto, ponte bien, blablabla y 10' de coche hicieron un total de seis horas y media.

Eso no es una casa, lo que la familia Lindsay nos ofrecía era un casoplón de tres pisos y conté unas chotropocientas habitaciones a ojo.

Nos plantaron vino y sopa (una receta escocesa de la abuela de la familia) a todos y nos fuimos a dormir. Not bad para empezar.

Por la mañana nos colocaron un desayuno que ríete tú de un hotel cinco estrellas, y así ha sido todos los días, superando cada día el del anterior, hasta el punto de que puedo decir con total seguridad (y así se lo hice saber a la madre) que ha sido en Escocia donde he tomado el mejor desayuno de mi vida.

Por resumir y ponerme al día cuento rapidito lo que hemos visto.

Dejando a un lado la educación que he sentido en el aire, la limpieza y demás, he visto tabernas, por todos lados, tantas como en Madrid, pero manteniendo el estilo de la madera tallada, cuadros, adornos dorados, todo tipo de ornamentos y practicamente todas preciosas. Imaginad que en Madrid mantuviéramos todos los locales como Las Bodegas de la Ardosa o la Ricla. Pues eso.

Hemos paseado por New Town y Old Town, visto el palacio de Linlithgow, el castillo de Edimburgo, Mary King's Close, The Scotch Whisky Experience, el Museo Nacional de Escocia (donde debería estar la oveja Dolly pero no coincidimos con ella porque se la habían llevado unos días), la catedral de St Gilles, Saint Mary's Church, el antiguo Parlamento, el nuevo, la Milla Real (una calle preciosa llena de tienditas y locales que mide una milla escocesa), el Cafe Royal, Biblos (donde el camarero, aparte de ser español, era sobrino de un tipo muy majo que bucea con Carmen y conmigo en Calahonda... te cagas), el Voodo Room, Princess Street, el Mercado de Navidad (lo llaman mercado alemán y hay comida alemana y todo huele a rico), el último lugar donde ejecutaron un reo, la estatua de Bobby el perrito fiel, George Street, The Elephant House Café (el bar donde escribió Rowling el primer libro de Harry Potter), el barrio/rincón de los escritores, Beecraigs Park, muchas cosas... muchas cosas, en serio.

Lo de montar en taxi en Edimburgo mola todo.

Una cosita chunga es que a las 16h es de noche y mi cuerpo se vuelve tarumba, no lo entiende y se comporta raro. En serio, raya mucho y no mola nada.

Hicimos una visita guiada por el Mary King's Close, y os preguntaréis ¿qué es eso?, pues te enseñan cómo vivían en el callejón principal de Edimburgo cuando la peste negra se cepilló un quinto de la población.
Es una zona que fue sepultada porque decidieron construir encima. Una ciudad fantasma.
Aunque la guía era supersalada y ¡gracias a dios no tenía acento escocés! de divertido aquello no tenía nada.
Es como si te enseñan Austwitz en plan de risas, que igual lo entiendes mejor pero el asunto es serio.
Salí triste de allí, me impactó mucho lo mal que lo debieron pasar los lugareños con menos recursos.
En serio, terrible, la peste debió ser terrible.

Otra cosa es que como tienes el cuerpo despistado por la ausencia de luz no sabes que está mal ponerte a beber whisky y cerveza en cualquier momento, que es la parte curiosa de la ruta turista que nos hizo Damien, el modo de vida escocés.

Le pegan al alpiste cosa mala, y un español debe estar a la altura, pero cuando miras la hora te sientes un puto borracho.

Uno de los días Damien, Elías, Carmen y yo visitamos, como he dicho arriba, el Scotch Whisky Experience.
Consiste en una ruta por una exposición en un barril sobre railes, que va a la velocidad a la que iba la atracción de los dinosaurios del Parque de Atracciones de Madrid (vamos viejunos, haced memoria).
Una vez termina la ruta te dan una charla y te invitan a una cata de un whisky a elegir entre cuatro, pero como había una feria del whisky en el recinto nos invitaron a catar otros cuatro más con unos tiquets, pero una vez allí unos visitantes que se iban nos dieron siete tiquets más.
Total, que nos apretamos 6 ó 7 catas de whisky cada uno antes de las 14h.
Trocotró.

De entre 49€ y 70€ cada botella ¿eh? que no eran Vat69 ni DYC.

Que paren la noria que me bajo.

¡Ah! otra cosa que vi era un bar carrusel, un bar que giraba, al aire libre. Habían quitado los caballitos y habían puesto banquetas.
Que lo de tomarse algo ahí mola pero ¿y currar? vamos, no me jodas, que no iba rápido ni nada, pero eso es un machaque para el personal.

No nos subimos porque hacía un frío como para formar parte de la Guardia de la Noche.

Ya mañana os cuento el fin de año, que me he alargado mucho hoy.

¿Veis la foto? Es una cocina de aceite que está encendida 24h, cada puerta es un horno de diferente temperatura y la parte de arriba tiene una plancha para mantener caliente lo que apoyes y dos planchas de metal más tapadas que se las han debido robar al mismisimo Satanás.
Es como una estufacocina gigante.

Bueno, pues ahí les hice ayer, por petición, cuatro tortillas de patatas con huevos escoceses, patatas escocesas, sal escocesa y amor español.

Quiero una igual para mí.

Sí, las tortillas un éxitazo.

¡Feliz año!