martes, 28 de junio de 2016

Dale mariquita al torno

A mi sobrino Noel le aterrorizan las palomas a sus 8 años.

Mi madre es ornitófoba y mi hermana por simpatía le ha seguido en los aspavientos, por lo que el niño se ha criado en un pánico a las ratas del aire que ni que fueran Gremlins con pistola.

El domingo electoral estábamos en una terracita con Noel pasando tan mal rato que tuvimos que irnos.
De camino a casa salté sobre un pivote metálico, de esos que bloquean el paso de coches, y me quedé haciendo equilibrios sobre él.

Noel inmediatamente copió mis movimientos ante el reproche de su madre para los dos, con el argumento de que Noel no es muy hábil.

Es difícil no proyectar nuestros propios miedos dejando nuestros puntos débiles al descubierto, pero es nuestra obligación no proyectarlos sobre los demás, en el ámbito que sea.

Yo no tengo miedo ni a las palomas ni a que Noel se suba a un obstáculo que me llega a las rodillas, pero sí a la oscuridad y a perder la vista... bueno y a Carmen.

Sí, a Carmen.

El otro día me dio a chupar una gota de aceite del borde de una sartén que acababa de sacar yo hacía 5 minutos de un armario... y me achicharré la lengua porque la muy desgraciada la había puesto al fuego.

¿Cuánto te quiere alguien que te ofrece chupar una gota de aceite de una sartén ardiendo?

Tonto tú que chupas una sartén.

También, pero nadie puede imaginar que lejos del 'cuidao, aparta que quemo' me ofrecieran chupar un hierro puesto al fuego.

Os vais a reír, pero es que ella no había caído en ese detalle.

Los siguientes 5 minutos estuve hablando como Rajoy salido del dentista y nos entró una risa de lagrimón.

Tuve unas palabras feas con Carmen sobre su padre y su madre.
Hice pupa, con buena intención, pero pupa a fin de cuentas.

Aún no sé si hice bien o mal y no fue en venganza por el Sartengate.

Su señora madre ha humillado junto con una amiga a la persona que la cuidaba, hasta el punto que ésta ha abandonado el trabajo y ahora la madre vive sola y se administra ella misma la medicación.
Obviamente su hijo, hermano de Carmen, ha decidido rezar fuerte y en Dolby Surround Prologic XL para que no le pase nada a la señora en lugar de hacer algo al respecto.

Veremos lo que tardamos en volver a sufrir un episodio de auténtica locura.

La amiga es una multimillonaria que no tiene ni la más puta idea del daño que ha hecho como gracieta, pero si me la cruzo se lo explicaré.

Y el papá no para de publicar fotos de cenas, salidas, su Porsche y su jacuzzi nuevo, algunas disfrutándolo con su hijastro y su pareja.

Mientras tanto Carmen espera a que limpien la casa del señor, y es que el otro día, tras meses de no verle, quiso ir a ver a su padre pero se lo negaron porque 'la casa estaba patas arriba'... hace ya dos semanas.

Es inevitable para mí que Carmen sopese que a este señor, que la etiqueta en sus celebraciones por la victoria del PP con champán metido en su jacuzzi junto a su hijastro, le importa su hija dos o incluso tres pueblos.

Mientras esté sano su hija es invisible, pero cuando pone un pie en el barrio de la parca se materializa y bien que tira de ella.

Pues creo que cagarme en Dios es lo mínimo que me sale.
Yo no tengo problemas en ir, venir, salir, entrar y hacer lo que sea para ayudar a estos dos impresentables si Carmen lo necesita, pero que me la hieran en lo profundo saca mi peor demonio.

Por eso yo quiero a la gente por lo que es, no por lo que fue.

He comprado ropita nueva de verano.
Nunca lo he hecho, mi uniforme veraniego es el de invierno sustituyendo el pantalón vaquero largo por uno corto. Punto.

Como fui a comprar un regalo para Néstor, y fue ropa, pues aproveché.

Le pedí a mi amiga María hace dos semanas que hiciera de Personal Shopper para mí, pero tendrá que ser en invierno, este verano ha sido Carmen.

Quizás en invierno sean las dos.
Quizás llevemos un loro y pongamos de fondo Pretty Woman de Roy Orbison.
Quizás deje de decir loro para referirme al Spotify en un móvil.
Llevaré champán.

Hace mucho calor, pero me estoy tomando un vaso de agua caliente con jengibre molido y miel.
Acierto.
No apto para todos los paladares.

El Parra y Raquel estuvieron en casa por la noche, comimos edamame, wakame, dimsun, babaganoush y hamburguesas de pavo, pollo y espinacas... juro que no lo hicimos para que pudiera masticar mejor con los dientes que le quedan.

No me estoy metiendo con su dentadura, es que se ha deslomado de boca contra el váter y se ha partido los dientes, pero bien bien, bien partidos.

He ido a ver los resultados de mi paso por la dermatóloga y el urólogo.
Dicen que soy muy guapo y estoy muy sano.
Contento.

La foto la rescaté en casa de mi madre celebrando el cumpleaños conjunto de Carmen y Néstor.

Soy yo.

Soy yo con 8 años saltando de un trampolín de 5m de altura.
Un niño saltando desde casi un segundo piso a una piscina, impensable a día de hoy, y no es un pivote metálico de tres palmos.

Hace 31 años y recuerdo perfectamente la sensación de la primera vez que superé el miedo y me tiré, y de la primera vez que lo hice ese mismo año pero de cabeza.

El título de la entrada bien podía ser el eslogan de las mejores fiestas que hay en Madrid, las inminentes Fiestas del Orgullo Gay, pero no, es una frase de Carmen en otra situación, que confundió periquito con mariquita y a mí me ha hecho mucha gracia.

Esta entrada está llena de pluma, de cosas que vuelan y volaos, pero prefiero los periquitos a las palomas y los loros a las gaviotas.

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